Incidencias: Municipal de Lepe con 800 espectadores en las gradas, con amenaza de lluvia torrencial, aunque finalmente no cayó una gota. Se guardó un minuto de silencio por la muerte de María Díaz, madre del ex presidente del San Roque Manuel Santana.
Árbitro: Fernández Arjona, mal. Amonestó a Vidal por los locales; y a Ricardo, Chico, Gallo y Joan por parte visitante.
Gol: 1-0 Joaquín, min. 94.
Gol: 1-0 Joaquín, min. 94.
A lo campeón, en el último suspiro y con la paciencia del que sabe que su momento está aún por llegar, a pesar de que el tiempo se acaba inexorablemente: así fue la agónica victoria del San Roque ante un Antoniano que pagó muy caro su falta de ambición y su cicatería.
Mala primera parte.
No obstante, el partido fue malo de solemnidad: sólo la incertidumbre en el marcador mantenía tanto al público como a los jugadores dentro del encuentro, y eso a pesar de que Alejandro Ceballos salía de inicio con los 2 delanteros natos de la plantilla, Casiano y Joaquín, aunque renunciando a una banda y con tres pivotes en el centro del campo, es decir, con toda la carne en el asador.
Mucho balón aéreo.
Así las cosas, el experimento no salió nada bien. Los aurinegros completaron una primera mitad sencillamente infumable, sin profundidad, sin control de la pelota, sin dientes, sin prácticamente nada que llevarse a la boca. No es de extrañar, pues, que la única jugada reseñable de la primera mitad llegara a balón parado a la media hora de encuentro: córner botado por Raúl Domínguez al corazón del área, para la llegada de Álex, cuyo cabezazo estrelló la pelota en el travesaño de la portería defendida por Oliver.
Todo lo demás sobró en la primera parte, incluido el propio Antoniano, que fue muy conservador y no se atrevió a soñar, a pesar de vislumbrar cómo estaba el patio. Sólo Cárdenas en la destrucción, amargando la tarde a la salida de la pelota aurinegra, podía haberse llevado algún que otro elogio suelto. Pero nada más.
Todo lo demás sobró en la primera parte, incluido el propio Antoniano, que fue muy conservador y no se atrevió a soñar, a pesar de vislumbrar cómo estaba el patio. Sólo Cárdenas en la destrucción, amargando la tarde a la salida de la pelota aurinegra, podía haberse llevado algún que otro elogio suelto. Pero nada más.
El San Roque acabó volcado.
A la vuelta del descanso, como en otros encuentros, tal que en Huelva, el San Roque quiso despertar de su letargo y ganó en profundidad. No fue una mejoría espectacular, pero al menos hubo ocasiones que llevarse a la boca. La primera de ellas en el 50, cuando Casiano, que empezó volcado en la izquierda del ataque, se revolvió dentro del área para buscar el disparo sin ángulo, aunque la pelota se marchó fuera. Poco después la entrada de Vidal y Jonathan reactivó el ataque aurinegro. Así, Juanlu, muy activo durante la segunda parte, ganaba la línea de fondo para poner un balón en el corazón del área; tras varios rechaces, la pelota cayó en las botas de Vidal, que golpeó de volea, a cuya acción respondió Oliver con un paradón.
Poco a poco, el Antoniano iba dando pasos atrás, temeroso de las embestidas aurinegras. En el minuto 72 tomaba el protagonismo Fernández Arjona, que se tragó un penalti de enciclopedia Espasa sobre Vidal; el propio asistente de la línea de preferencia del colegiado señaló la pena máxima, pero no mantuvo su decisión, lo que granjeó el justificado cabreo del respetable.
Siguiendo a lo suyo, esto es, intentando bajar, ahora sí, la pelota al piso, aunque sin mucha fluidez, el San Roque seguía queriendo romper la muralla defensiva lebrijana, que no parecía tener grietas; así, en el 80, un centro chut de Juanlu se fue envenenando hasta el punto de que un defensa tuvo que sacar la pelota bajo palos. A esas alturas del partido, el Antoniano dio por bueno el empate y quiso finiquitar el partido haciendo el papel que le correspondía: el de la pérdida de tiempo a la que podía.
Aún así, los aurinegros tuvieron la paciencia que pedíamos en la previa; tanto es así que en el descuento, el San Roque dispuso de hasta 3 ocasiones. Las dos primeras las protagonizó Jonathan y estuvo a punto de conseguir el tanto; la última, en el postrer suspiro, trajo el delirio a las gradas: el lepero Raúl, que había pasado desapercibido hasta el momento, realizó un movimiento espectacular dentro del área conduciendo la pelota hasta llegar al pico del área pequeña y ponerla al segundo palo donde Joaquín sólo tuvo que empujarla, para que el Municipal explotara en un grito unánime de victoria.
Poco a poco, el Antoniano iba dando pasos atrás, temeroso de las embestidas aurinegras. En el minuto 72 tomaba el protagonismo Fernández Arjona, que se tragó un penalti de enciclopedia Espasa sobre Vidal; el propio asistente de la línea de preferencia del colegiado señaló la pena máxima, pero no mantuvo su decisión, lo que granjeó el justificado cabreo del respetable.
Siguiendo a lo suyo, esto es, intentando bajar, ahora sí, la pelota al piso, aunque sin mucha fluidez, el San Roque seguía queriendo romper la muralla defensiva lebrijana, que no parecía tener grietas; así, en el 80, un centro chut de Juanlu se fue envenenando hasta el punto de que un defensa tuvo que sacar la pelota bajo palos. A esas alturas del partido, el Antoniano dio por bueno el empate y quiso finiquitar el partido haciendo el papel que le correspondía: el de la pérdida de tiempo a la que podía.
Aún así, los aurinegros tuvieron la paciencia que pedíamos en la previa; tanto es así que en el descuento, el San Roque dispuso de hasta 3 ocasiones. Las dos primeras las protagonizó Jonathan y estuvo a punto de conseguir el tanto; la última, en el postrer suspiro, trajo el delirio a las gradas: el lepero Raúl, que había pasado desapercibido hasta el momento, realizó un movimiento espectacular dentro del área conduciendo la pelota hasta llegar al pico del área pequeña y ponerla al segundo palo donde Joaquín sólo tuvo que empujarla, para que el Municipal explotara en un grito unánime de victoria.
Delirio en las gradas.
De esta forma, los aurinegros suman ya 12 puntos y encadenan por primera vez en la temporada dos victorias consecutivas. En el lado negativo hay que lamentar el pobre juego de la primera mitad; y en el positivo la solidez defensiva, puesto que Isaac se anota otro 0 en su portería, el acierto goleador y la perseverancia. De momento, este equipo nunca ha bajado los brazos a pesar de todo. Y podrá gustar más o menos -más bien menos- su fútbol, pero los resultados son incontestables.
El San Roque formó con Isaac, Juanlu, Otón, Avilés, Alfonso, Vicente, Álex (Vidal 53'), Nando, Casiano (Raúl 77'), Joaquín y Raúl Domínguez (Jonathan 53').
El San Roque formó con Isaac, Juanlu, Otón, Avilés, Alfonso, Vicente, Álex (Vidal 53'), Nando, Casiano (Raúl 77'), Joaquín y Raúl Domínguez (Jonathan 53').