jueves, 29 de mayo de 2008

San Roque 22 Riotinto 1: la crónica

Al alevín le hacía falta un punto para proclamarse campeón de la liguilla de ascenso a falta de tres jornadas para el final de la misma y se bailó un partido de ensueño para acabar comiéndose vivo a un Riotinto que se asustó a las primeras de cambio con el juego vertical y cargado de dinamita de los aurinegros, que a punto estuvieron de romper el récord de goles que tiene establecido desde el partido ante el Gibraleón.

José Enrique: el todoterreno.

La tarde anunciaba fiesta por el cierre de la escuela de fútbol base, por lo que más de 300 niños acudieron al polideportivo con sus respectivos padres, y el alevín confirmó la juerga con un partidazo en toda regla, hasta el punto de que el Riotinto, prácticamente desde la primera parte, comenzó a pedir auxilio por lo que se le venía encima.

Luis: un auténtico killer.

Después de que el San Roque ganase por 2-8 en la primera vuelta en tierras mineras, en extraño partido y en un campo infame, los visitantes no se esperaban tanta respuesta y de ahí su hundimiento, todo provocado por el excelso juego de los locales, que de habérselo propuesto hubieran alcanzado una goleada mayor aún.

Moha: el quebrantacinturas.

Como pueden suponer, el partido fue sólo de ida, con tan sólo una incursión visitante que acabó en el gol del honor, ya cuando el alevín del San Roque se disparaba en el marcador. De esta manera, marcaron prácticamente todos los futbolistas locales, y algunos hasta unas cuantas veces.

El humo de la victoria.

Al final, Luis Ruiz entregó al copa de campeón al San Roque, fabricada por él mismo, lo que les hizo mucha ilusión a los chavales, que dieron la vuelta de honor a pesar de que algún monitor de la escuela vociferase sin sentido. Era la fiesta del alevín por los logros conseguidos y nadie tenía derecho a estropearla. Ahora falta concretar la liguilla con los dos partidos que restan. Mañana, de nuevo en el polideportivo a las 12.00 ante el Higueral, y el miércoles ante el Palos fuera, para cerrar una temporada de auténtico lujo, con un equipo que ha enamorado por su juego y por su comportamiento, y que ha despertado un interés mediático sin precedentes en Lepe.

Campeones.