La goleada contra el Ayamonte ha dejado sus secuelas. En el Trofeo de la Bella tanto el técnico como los jugadores estarán obligados a dar la cara.
Manolo Camacho // Odiel Información
Es pronto para palos, pero la reflexión es necesaria para que luego no digan que el aviso fue inexistente. Los pensamientos, conforme avazanban los minutos del Ayamonte-San Roque del pasado sábado, sobre todo en la segunda parte, se fueron para el tramo final de la pasada Liga, en la que el equipo fue de ridículo en ridículo. Por eso, cuando el cuerpo técnico comenzó a fabricar la actual plantilla, se olvidó de jugadores que asistieron al paseo sin importarles el futuro. De ahí la limpia, de ahí la sangre nueva.
Pero resulta que el equipo, en la Puerta de España, en el primer partido de exigencia de la pretemporada, va y manifiesta los mismos pecados, capitales todos ellos, al tener enfrente a un rival de rivalidad añeja. No haremos sangre. Pero conviene el examen de conciencia porque la camiseta y el escudo, a las primeras de cambio, han quedado manchados. El Ayamonte tiene equipo definido y el San Roque no. O Ceballos está muy seguro de lo que hace o el camino es erróneo. Está bien los minutos para la cantera. El problema es que posiblemente se confundió el escenario. Los chavales precisan minutos y oportunidades. Pero a su tiempo. Ahora todo el mundo duda. Y la prueba del San Roque está en el Trofeo de la Bella, que será tan importante como uno de Liga. Por lo pronto la directiva mantiene la calma pero la tensión se palpa. La próxima comparecencia determinará si la afrenta ha dejado efectos colaterales o no. La plantilla está completa a excepción de un detalle. Falta otro delantero por llegar. Es pronto para juzgar, pero las orejas están tan empinadas que los detalles no pasan desapercibidos.
Una de las posibles repercusiones podría estar en la campaña de socios, en pleno auge antes de llegar el partido de Ayamonte. La junta directiva piensa que no tendrá influencia, al menos de momento. Por eso es fundamental dar buena imagen en el Trofeo de la Bella, porque otro palo ahí podría ser letal para las ilusiones en la línea de salida. El club pretende superar la barrera de los 800 abonados reales. Y para ello tiene que acompañar el equipo. De lo contrario el presupuesto comenzaría a desajustarse a las primeras de cambio. Ya manifestó el entrenador aurinegro Alejandro Ceballos que el 14 de agosto se acabarían todas las pruebas, por lo que el choque meterá en la máxima responsabilidad tanto al técnico como a los futbolistas del cuadro lepero, que estarán en la obligación de dar la cara de manera contundente.
Manolo Camacho // Odiel Información
Es pronto para palos, pero la reflexión es necesaria para que luego no digan que el aviso fue inexistente. Los pensamientos, conforme avazanban los minutos del Ayamonte-San Roque del pasado sábado, sobre todo en la segunda parte, se fueron para el tramo final de la pasada Liga, en la que el equipo fue de ridículo en ridículo. Por eso, cuando el cuerpo técnico comenzó a fabricar la actual plantilla, se olvidó de jugadores que asistieron al paseo sin importarles el futuro. De ahí la limpia, de ahí la sangre nueva.
Pero resulta que el equipo, en la Puerta de España, en el primer partido de exigencia de la pretemporada, va y manifiesta los mismos pecados, capitales todos ellos, al tener enfrente a un rival de rivalidad añeja. No haremos sangre. Pero conviene el examen de conciencia porque la camiseta y el escudo, a las primeras de cambio, han quedado manchados. El Ayamonte tiene equipo definido y el San Roque no. O Ceballos está muy seguro de lo que hace o el camino es erróneo. Está bien los minutos para la cantera. El problema es que posiblemente se confundió el escenario. Los chavales precisan minutos y oportunidades. Pero a su tiempo. Ahora todo el mundo duda. Y la prueba del San Roque está en el Trofeo de la Bella, que será tan importante como uno de Liga. Por lo pronto la directiva mantiene la calma pero la tensión se palpa. La próxima comparecencia determinará si la afrenta ha dejado efectos colaterales o no. La plantilla está completa a excepción de un detalle. Falta otro delantero por llegar. Es pronto para juzgar, pero las orejas están tan empinadas que los detalles no pasan desapercibidos.
Una de las posibles repercusiones podría estar en la campaña de socios, en pleno auge antes de llegar el partido de Ayamonte. La junta directiva piensa que no tendrá influencia, al menos de momento. Por eso es fundamental dar buena imagen en el Trofeo de la Bella, porque otro palo ahí podría ser letal para las ilusiones en la línea de salida. El club pretende superar la barrera de los 800 abonados reales. Y para ello tiene que acompañar el equipo. De lo contrario el presupuesto comenzaría a desajustarse a las primeras de cambio. Ya manifestó el entrenador aurinegro Alejandro Ceballos que el 14 de agosto se acabarían todas las pruebas, por lo que el choque meterá en la máxima responsabilidad tanto al técnico como a los futbolistas del cuadro lepero, que estarán en la obligación de dar la cara de manera contundente.
