domingo, 25 de mayo de 2008

Cartaya 2 San Roque Alevín 12

Hay espacios para vivir en el fútbol, como en la vida, y el alevín del San Roque de Lepe se ha construido uno para sí mismo, en el que no tiene cabida el resto de adversarios de una liguilla en la que el conjunto lepero está pasando como huracán. Lo comprobó el Cartaya, como antes otros muchos, en medio de una tarde infernal, con diluvio en la segunda parte, en la que ambos equipos se mantuvieron en pie como héroes.


Los técnicos del conjunto lepero optaron en esta ocasión por un siete muy diferente al de anteriores partidos buscando la sorpresa ante un oponente que salió al campo con la intención de hacerse fuerte en su campo, apretando en la línea de salida y amparado en unos balones que no le vienen nada bien al San Roque, globos de Nivea que se iban con una facilidad asombrosa.

Sin embargo, ni la tarde ni las intenciones del rival frenaron de inicio al cuadro lepero, que rápidamente se puso por delante con un gol de Manu. A partir de ahí, cediendo más terreno del habitual por la presión del enemigo y bajo una nueva forma de interpretación, fueron cayendo los goles aunque el Cartaya también se arrimó hasta marcar dos tantos en la primera parte, puesto que al ser segundo, empatado con el Santa marta, se estaba jugando el segundo puesto y, por lo tanto, la posibilidad de subir.

Ya en la segunda mitad, con el partido roto por completo y con los más habituales en el campo, el San Roque fue creciendo hasta alcanzar la goleada que le deja a un punto de ser campeón, ya que logró el ascenso ante el Santa Marta el pasado miércoles.


Precisamente el miércoles, ante el Riotinto, celebrará, si gana, el campeonato por todo lo alto. El alevín recibirá la copa de campeón, obra de Luis Ruiz, un trofeo que él mismo entregará al capitán del equipo si todo sale como está previsto.



Restan tres jornadas, Riotinto e Higueral en casa y Palos fuera, y la intención, en lo que supone una nueva meta para el alevín del San Roque, es ganar todos los partidos de la liguilla, algo que nunca ha ocurrido antes en Huelva.