domingo, 8 de noviembre de 2009

San Roque 2-1 Melilla

Incidencias: mañana fría en el Municipal de Lepe, con un viento fuerte que condicionó el partido en buena medida. A pesar de ello, se registró la mejor entrada de la temporada, con más de 1.500 aficionados en las gradas. Césped algo irregular.
Árbitro: López Acera, del comité extremeño. Amonestó a los locales Joaquín y Sergio Berro; y a los visitantes Dorronsoro, Zamorano, Povedano, Yagüe y doble amarilla a Chota.
Goles: 0-1 Chota, min. 27.
1-1 Añete, min 55.
2-1 Joaquín, min. 74.


El San Roque de Lepe demostró en la mañana de hoy que cuando se entona en ataque, al menos en el Municipal, no hay equipo que pueda pararlo, pues son tantos los recursos y tanta la calidad que, al final, casi siempre termina desequilibrando la balanza a su favor. Esta premisa ha dejado de cumplirse sólo ante el Caravaca que, de momento, es la excepción a toda buena regla que se precie. De esta forma, los aurinegros supieron darle la vuelta al marcador en una segunda parte portentosa, plena de llegadas por todos los flancos posibles. En cualquier caso, la victoria vino también de la mano de un portero, Isaac, que en el momento clave salvó el posible 1-2 para que posteriormente se produjera el 2-1. Antes, adentrémonos en los vericuetos del choque, que tiene mucho que contar.


En primer lugar se despejaba la duda sobre quién ocuparía el lugar del sancionado Hornillo en el centro de la defensa; los galones recayeron en Alfonso, imperial una vez más, que estuvo acompañado en el centro por Servando y flanqueado por la derecha por Juanlu, que fue de menos a más en el partido. Solucionada la primera duda y con el equipo más o menos habitual en el terreno de juego, lo importante era saber como defender y defenderse del fuerte viento reinante en el Muncipal durante la mañana de hoy, circunstancia que condicionó bastante el desarrollo del choque, porque todos los despejes de cabeza y los balones en largo se frenaban de manera brutal apenas levantaban el vuelo, lo que daba cierta ventaja a aquellos que atacaban la portería de la zona de vestuarios. Durante la primera mitad fue el Melilla quien se encontró a favor de este factor meteorológico y en parte por ello y en buena medida por la dirección de Manolo Pérez en el centro del campo, fue el que dispuso de las primeras ocasiones. De hecho, durante los primeros 10 minutos el único equipo que llegaba al área rival era el cuadro de García Tébar; primero a los 5 minutos con una ocasión clamorosa de Andrés Ramos quien solo ante Isaac manda la pelota fuera, tras un error en el despeje de la zaga aurinegra. 3 minutos más tarde sería Manolo Pérez el que intentaría un tiro medio que despejó con empeño Isaac hacia una banda.


Al filo del cuarto de hora el San Roque pudo sacudirse la presión de los melillenses y pisaron el área contraria con peligro por primera vez, pero el tiro escorado de Vicente se encontró con la intervención de Dorronsoro. De esta forma, los leperos comenzaron a tener el balón, aunque lejos de la zona de peligro para el rival, pues las líneas de pase hacia los extremos estaban más que guardadas por los norteafricanos, que durante la primera mitad apenas concedieron ocasiones por los flancos, zona de ataque preferida de los locales. Aún así, a los 25 minutos Vicente conectaba con Joaquín, que encaró a Povedano y sin llegar a regatearle lanzó un derechazo cruzado que se marchó rozando el palo de Dorronsoro. Del posible 1-0 se pasó al 0-1, en una acción de mala suerte para los locales que intentaron despejar el córner como pudieron, aunque el fuerte viento devolvió la pelota a la zona peligrosa, donde el cuero quedó rechazado por un jugador local para Yagüe, que no estaba en fuera de juego, quien mandó el centro para Chota que sólo tuvo que empujar para adelantar a los suyos.

No se desanimó el San Roque con esta circunstancia, pues tampoco era la primera vez que ocurría: pasó ya lo mismo ante el Poli Ejido con idéntico marcador final, y a eso se agarraron los aurinegros para no perderle la cara al partido. De hecho, sólo 5 minutos después Vicente envió un balón en profundidad por alto para Juan Villar al que se le adelantó el meta visitante por poquísimo. Desde ese momento hasta el descanso el viento comenzó a soplar de manera ya vehemente, lo que ocasionó más de un problema a la zaga lepera: en el 37 un balón en principio fácil para Vidal se lo lleva el viento y lo deja en franquía para Carlos Ruiz que largó un tirazo que obligó a Isaac a emplearse a fondo; y luego un disparo frontal de Manolo Pérez que sacó Servando a córner. Con el San Roque solicitando casi tiempo muerto para aclarar las ideas, llegó el descanso, que vino muy bien para refrescar al equipo.


A la vuelta de vestuarios Ceballos y Tomás decidieron jugarse el todo por el todo retirando a Vicente y a Nando, y dando entrada a Chapi y Navarro, con cuya dirección comenzó la remontada aurinegra. Se corría un riesgo apostando toda la contención a un inmenso Chema y la jugada salió perfecta, porque desde el minuto 1 el San Roque se fue en busca de la portería rival y durante 10 minutos tuvo al Melilla absolutamente desbordado: en la primera acción de la segunda parte un jugada de Chapi por la izquierda culminó con un centro al corazón del área para Joaquín que controló y disparó a la media vuelta, con la suerte para Dorronsoro de que el esférico saliera centrado, lo que posibilitó el despeje a córner. En unos pocos minutos el cuadro lepero acumuló más llegadas al área que en toda la primera mitad. De esta guisa, Añete hizo de la suyas en el vértice izquierdo del área para terminar disparando y obligar de nuevo a Dorronsoro a ganarse el sueldo. También hubo tiempo para la polémica cuando en el minuto 53 un central del Melilla despejó de puños un balón, hecho que pasó desapercibido tanto para el árbitro como para el asistente, que se desentendieron de la acción, tras la que el San Roque dijo “basta”. Y cuando los leperos dicen “basta”, se apagan las luces y se acaba la fiesta: Añete captura un balón en la frontal, da media vuelta encara la portería y, de volea, rompió todas las telarañas de la escuadra del meta visitante: golazo estratosférico del talentoso delantero coriano, que venía a poner justicia en el marcador y abría un nuevo horizonte, con los 3 puntos al fondo, al cuadro sanrroquista.

El gol, no obstante lo dicho, aplacó en parte la sed de revancha del San Roque y el partido comenzó a igualarse de nuevo. De hecho, la resurrección del Melilla llegó de la mano de Ramos, que en el minuto 63 chutó con veneno desde la frontal, aunque el balón lo despejó Isaac a córner. Poco después, en la otro área, Joaquín reclamó penalti en una acción cuanto menos dudosa que no concedió el colegiado, como tampoco dio un gol a Chema, que remató al fondo de las mallas una falta lejana que se envenenó con el viento, por presunto fuera de juego en el 73. Sólo 1 minuto más tarde se produjo la acción decisiva del choque: mientras el San Roque reclamaba el gol de Chema, el Melilla aprovechó para montar la contra y para dejar a Ramos solo ante Isaac, que le ganó de nuevo la partida al delantero; en esa misma acción, ya en campo contrario, Juan Villar vio el desmarque de Añete al primer palo y le puso un balón en profundidad para que el coriano se marchara de Dorronsoro, que no tuvo otra que cometer penalti y suplicar clemencia al colegiado para que no lo expulsara; el colegiado concedió los 2 deseos: penalti a favor del San Roque y amarilla para el meta visitante, que nada pudo hacer ante la ejecución de Joaquín, que culminó la remontada y que sumó su octavo gol en liga.



A partir de ahí, el Melilla se fue arriba en busca del empate, dejando muchos espacios atrás, ante un equipo que es el que mejor interpreta los espacios de la liga. Y por ahí pudo caerle un mayor castigo a los norteafricanos. Antes del final, Chota fue expulsado al ver su segunda amarilla, por lo que el colegiado alargó el choque durante 6 minutos más, tiempo en el que los visitantes sólo inquietaron en marco de Isaac con un tiro lejanísimo y centrado que no tuvo consecuencia alguna.

Al final del partido, la afición aurinegra ovacionó de nuevo a los suyos por una nueva muestra de entrega, coraje y calidad; una afición que propició la mejor entrada de la temporada en el Municipal, a pesar de lo poco habitual de la hora y del día. El próximo compromiso liguero del San Roque será en este mismo escenario ante un lanzado Écija Balompié el sábado a las 18:00 horas.

El San Roque formó con Isaac, Chema, Nando (Chapi 46’), Vicente (Navarro 46’), Joaquín (Sergio Berro 81’), Vidal, Juan Villar, Juanlu, Servando, Añete y Alfonso.