Incidencias: tarde calurosa y soleada en Lepe, con la asistencia de 1.300 espectadores al Municipal lepero. Césped en malas condiciones.
Árbitro: Perdigones Pacheco, del comité andaluz. Amonestó por los locales a Nando, Vidal, Navarro y Alfonso; y a los visitantes Julio, Rubén, Quique y Beñat; a éste último por partida doble, aunque se da la circunstancia de que no vio la cartulina roja.
Goles: 1-0 Juan Villar, min. 38.
2-0 Joaquín, min. 49.
3-0 Sergio Berro, min. 91.
Árbitro: Perdigones Pacheco, del comité andaluz. Amonestó por los locales a Nando, Vidal, Navarro y Alfonso; y a los visitantes Julio, Rubén, Quique y Beñat; a éste último por partida doble, aunque se da la circunstancia de que no vio la cartulina roja.
Goles: 1-0 Juan Villar, min. 38.
2-0 Joaquín, min. 49.
3-0 Sergio Berro, min. 91.
El CD San Roque de Lepe se propuso darle una alegría a la afición en su vuelta a la 2ª B y lo consiguió con creces, endosando una goleada inapelable al Betis “B”, que fue un juguete roto en las manos de un cuadro lepero que dormirá como líder el sábado por la noche. Las sensaciones del equipo aurinegro, al mando de Tomás Rodríguez, ausente en la tarde del sábado por enfermedad, son inmejorables en este inicio de temporada. La escuadra fue en todo momento muy superior a la visitante, ganándole en todos los terrenos, en calidad, en entrega, en sacrificio, en pegada y en magia, la que aportan tipos como Juan Villar y Añete, culminado todo con un acierto envidiable de los puntas: los 8 goles a favor en los 2 partidos así lo atestiguan.
Comenzó –y terminó- el choque con el dominio del San Roque, que se volcó sobre el área rival en busca de un gol tempranero, con la misma actitud que pudo observarse una semana antes con el Marbella como rival. Esta vez no hubo tanta fortuna como entonces de adelantarse tan pronto en el marcador, pero el balón y las ocasiones fueron para los locales. El primer filial bético era incapaz de sobrepasar el muro llamado Chema y cuando lo hacía, por allí siempre estaba Servando u Hornillo para poner tranquilidad en la medida en que Isaac era un espectador más del encuentro. No obstante, los leperos comenzaron a apretar el acelerador pasado el cuarto de hora que preludiaba una nueva tarde grande: todo el equipo toca en el centro del campo y Añete que vuelve loca a la defensa visitante para ofrecer un pase a Nando que culmina con un tiro de éste que se marchó un poco alto. A los 20 minutos de juego, Juan Villar robaba una pelota en el momento del despliegue del Betis “B”, apuraba la línea de fondo, pero Adrián, el portero bético y mejor jugador visitante en el partido, interceptó el pase que buscaba a Joaquín en boca de gol. 5 minutos más tarde llegaría la mejor ocasión de la primera mitad, a excepción del gol, tras un pase interior de Navarro para Añete, que encaró al portero e intentó batirle de vaselina, pero Adrián estuvo rapidísimo en su salida y pudo evitar que el balón tomara el vuelo necesario.
La asociación entre Añete y Juan Villar trajo de nuevo consigo una oportunidad, pero el pase del sevillano fue un tanto largo para el onubense, que ni llegó al remate. Entre medias, Joaquín reclamó un posible penalti tras la acción de uno de los centrales béticos que llegó arrasando con todo dentro del área, pero Perdigones Pacheco no entendió la acción como punible. El San Roque, como se ve, fue una máquina de crear ocasiones y, lo más importante, es un equipo que genera mucho fútbol; con Navarro y Nando en labores de creación, todo fue mucho más sencillo. Precisamente de las botas de Nando salió la siguiente ocasión para los locales, pasó para Añete que hizo una maniobra de equilibrista dentro del área para dejar sentado a su marcador, encarar a Adrián si bien el chutazo fue demasiado centrado.
No hubo más avisos para el Betis “B”, que se estaba escapando de la quema indemne; pero por allí estaban de nuevo Añete y Juan Villar: el primero pasa a la espalda de la defensa para que el segundo llegue desde atrás y fusile con un derechazo cruzado a meta visitante en lo que suponía el primer gol de la temporada del San Roque como local. Locura en las gradas del Municipal que veía cómo su equipo era recompensado por el fútbol. La cosa pudo ser peor para los visitantes porque de nuevo estos dos protagonistas crearon una acción de peligro que se marchó fuera por poco tras el disparo de Añete que bien podría haber puesto más distancia en el marcador.
No fue antes pero sí después del descanso. El San Roque salió a machacar al rival y así lo hizo desde el minuto 1 de la reanudación. Así, una falta lateral botada por Vidal, que se hace grande en el lateral izquierdo, obligó a intervenir de nuevo al portero visitante; el balón salió rechazado y Servando, que había subido al remate, cabeceó la pelota que se estrelló en el larguero. El posterior rechace fue despejado a duras penas por la zaga bética. Ya no quiso esperar más en cuadro aurinegro y por ahí emergió la figura de Joaquín, que en el minuto 49 se llevó con clase y garra a partes iguales la pelota, dribló a la defensa, encaró a Adrián y lo batió de tiro raso. El 2-0 ponía algo más de justicia en el marcador por lo visto en el terreno de juego.
El filial verdiblanco se veía impotente ante tanto juego, ante tanta entrega y solidaridad. Por pasarlo mal, hasta lo pasaba mal a balón parado, que fueron las 2 siguientes acciones de peligro del San Roque y que no terminaron en gol por la intervención de Adrián en el caso de la falta botada por Navarro; y por mala puntería en el disparo del propio Navarro en un saque en corto de un córner. En el minuto 56, de nuevo una porfía entre los centrales y Joaquín la ganaba el delantero paradeño, que aguantó las 2 tarascadas de los centrales béticos para encarar a Adrián y de nuevo intentar batirle por bajo, si bien la pelota se marchó esta vez a escasos centímetros del poste. Lo mismo que ocurrió a la hora de encuentro, tras una jugada en banda derecha de Juan Villar que comenzó con un caño al lateral, la cabalgada, el regate, llegada a la línea de fondo, pase de la muerte y remate de Joaquín con un defensa colgado de su espalda que se marchó fuera.
En esos momentos, Tomás daba entrada en el campo a Juanlu que entró por Navarro, y fue la primera ocasión en que los leperos entregaron la iniciativa del juego a los visitantes que ni aún así fueron capaces de generar peligro. Antes bien, fue el propio Juanlu el que casi marca el tercero tras un pase de Añete al segundo palo que remató Juanlu y que obligó a Adrián a realizar una magnífica estirada.
La entrada de Jonathan en el terreno de juego insistía en la misma idea del cuerpo técnico de otorgar la iniciativa al filial bético para buscar el broche a la contra. Antes, tuvo lugar en el minuto 75 la única intervención de Isaac en el partido: el meta local rechazó una falta lateral que no encontró rematador pero que se fue envenenando. Ese fue todo el bagaje ofensivo de los de Oli en el choque. Así que visto el panorama, fue el turno de entrada para Sergio Berro que entró por un exhausto Juan Villar, que fue ovacionado a su salida.
El delantero sevillano no necesitó demasiado tiempo para demostrar su instinto matador y cuando el partido estaba en el tiempo añadido fue capaz de rebañar un balón a la defensa bética, encarar al portero y lanzarle un tiro raso y cruzado que vino a poner la guinda en el pastel aurinegro, que fue saboreado por todo el Municipal y que supo y aún sabe a gloria bendita y a liderato provisional del Grupo IV de 2ª B.
Para la anécdota quedará que el bético Beñat vio 2 amarillas, pero no la roja por un error de Perdigones Pacheco y de sus auxiliares. En cualquier caso, no necesitó el San Roque de la superioridad numérica para golear a un rival de los llamados a estar arriba. La afición lepera volvió a encontrarse con la categoría de bronce del fútbol español viendo cómo su equipo desplegaba un fútbol de gran valor estético y unos goles que sirven para poner a los leperos en lo más alto de la tabla.
El San Roque formó con Isaac, Hornillo, Chema, Nando, Joaquín (Jonathan 70’), Vidal, Juan Villar (Sergio Berro 77’), Navarro (Juanlu 62’), Servando, Añete y Alfonso.
Comenzó –y terminó- el choque con el dominio del San Roque, que se volcó sobre el área rival en busca de un gol tempranero, con la misma actitud que pudo observarse una semana antes con el Marbella como rival. Esta vez no hubo tanta fortuna como entonces de adelantarse tan pronto en el marcador, pero el balón y las ocasiones fueron para los locales. El primer filial bético era incapaz de sobrepasar el muro llamado Chema y cuando lo hacía, por allí siempre estaba Servando u Hornillo para poner tranquilidad en la medida en que Isaac era un espectador más del encuentro. No obstante, los leperos comenzaron a apretar el acelerador pasado el cuarto de hora que preludiaba una nueva tarde grande: todo el equipo toca en el centro del campo y Añete que vuelve loca a la defensa visitante para ofrecer un pase a Nando que culmina con un tiro de éste que se marchó un poco alto. A los 20 minutos de juego, Juan Villar robaba una pelota en el momento del despliegue del Betis “B”, apuraba la línea de fondo, pero Adrián, el portero bético y mejor jugador visitante en el partido, interceptó el pase que buscaba a Joaquín en boca de gol. 5 minutos más tarde llegaría la mejor ocasión de la primera mitad, a excepción del gol, tras un pase interior de Navarro para Añete, que encaró al portero e intentó batirle de vaselina, pero Adrián estuvo rapidísimo en su salida y pudo evitar que el balón tomara el vuelo necesario.
La asociación entre Añete y Juan Villar trajo de nuevo consigo una oportunidad, pero el pase del sevillano fue un tanto largo para el onubense, que ni llegó al remate. Entre medias, Joaquín reclamó un posible penalti tras la acción de uno de los centrales béticos que llegó arrasando con todo dentro del área, pero Perdigones Pacheco no entendió la acción como punible. El San Roque, como se ve, fue una máquina de crear ocasiones y, lo más importante, es un equipo que genera mucho fútbol; con Navarro y Nando en labores de creación, todo fue mucho más sencillo. Precisamente de las botas de Nando salió la siguiente ocasión para los locales, pasó para Añete que hizo una maniobra de equilibrista dentro del área para dejar sentado a su marcador, encarar a Adrián si bien el chutazo fue demasiado centrado.
No hubo más avisos para el Betis “B”, que se estaba escapando de la quema indemne; pero por allí estaban de nuevo Añete y Juan Villar: el primero pasa a la espalda de la defensa para que el segundo llegue desde atrás y fusile con un derechazo cruzado a meta visitante en lo que suponía el primer gol de la temporada del San Roque como local. Locura en las gradas del Municipal que veía cómo su equipo era recompensado por el fútbol. La cosa pudo ser peor para los visitantes porque de nuevo estos dos protagonistas crearon una acción de peligro que se marchó fuera por poco tras el disparo de Añete que bien podría haber puesto más distancia en el marcador.
No fue antes pero sí después del descanso. El San Roque salió a machacar al rival y así lo hizo desde el minuto 1 de la reanudación. Así, una falta lateral botada por Vidal, que se hace grande en el lateral izquierdo, obligó a intervenir de nuevo al portero visitante; el balón salió rechazado y Servando, que había subido al remate, cabeceó la pelota que se estrelló en el larguero. El posterior rechace fue despejado a duras penas por la zaga bética. Ya no quiso esperar más en cuadro aurinegro y por ahí emergió la figura de Joaquín, que en el minuto 49 se llevó con clase y garra a partes iguales la pelota, dribló a la defensa, encaró a Adrián y lo batió de tiro raso. El 2-0 ponía algo más de justicia en el marcador por lo visto en el terreno de juego.
El filial verdiblanco se veía impotente ante tanto juego, ante tanta entrega y solidaridad. Por pasarlo mal, hasta lo pasaba mal a balón parado, que fueron las 2 siguientes acciones de peligro del San Roque y que no terminaron en gol por la intervención de Adrián en el caso de la falta botada por Navarro; y por mala puntería en el disparo del propio Navarro en un saque en corto de un córner. En el minuto 56, de nuevo una porfía entre los centrales y Joaquín la ganaba el delantero paradeño, que aguantó las 2 tarascadas de los centrales béticos para encarar a Adrián y de nuevo intentar batirle por bajo, si bien la pelota se marchó esta vez a escasos centímetros del poste. Lo mismo que ocurrió a la hora de encuentro, tras una jugada en banda derecha de Juan Villar que comenzó con un caño al lateral, la cabalgada, el regate, llegada a la línea de fondo, pase de la muerte y remate de Joaquín con un defensa colgado de su espalda que se marchó fuera.
En esos momentos, Tomás daba entrada en el campo a Juanlu que entró por Navarro, y fue la primera ocasión en que los leperos entregaron la iniciativa del juego a los visitantes que ni aún así fueron capaces de generar peligro. Antes bien, fue el propio Juanlu el que casi marca el tercero tras un pase de Añete al segundo palo que remató Juanlu y que obligó a Adrián a realizar una magnífica estirada.
La entrada de Jonathan en el terreno de juego insistía en la misma idea del cuerpo técnico de otorgar la iniciativa al filial bético para buscar el broche a la contra. Antes, tuvo lugar en el minuto 75 la única intervención de Isaac en el partido: el meta local rechazó una falta lateral que no encontró rematador pero que se fue envenenando. Ese fue todo el bagaje ofensivo de los de Oli en el choque. Así que visto el panorama, fue el turno de entrada para Sergio Berro que entró por un exhausto Juan Villar, que fue ovacionado a su salida.
El delantero sevillano no necesitó demasiado tiempo para demostrar su instinto matador y cuando el partido estaba en el tiempo añadido fue capaz de rebañar un balón a la defensa bética, encarar al portero y lanzarle un tiro raso y cruzado que vino a poner la guinda en el pastel aurinegro, que fue saboreado por todo el Municipal y que supo y aún sabe a gloria bendita y a liderato provisional del Grupo IV de 2ª B.
Para la anécdota quedará que el bético Beñat vio 2 amarillas, pero no la roja por un error de Perdigones Pacheco y de sus auxiliares. En cualquier caso, no necesitó el San Roque de la superioridad numérica para golear a un rival de los llamados a estar arriba. La afición lepera volvió a encontrarse con la categoría de bronce del fútbol español viendo cómo su equipo desplegaba un fútbol de gran valor estético y unos goles que sirven para poner a los leperos en lo más alto de la tabla.
El San Roque formó con Isaac, Hornillo, Chema, Nando, Joaquín (Jonathan 70’), Vidal, Juan Villar (Sergio Berro 77’), Navarro (Juanlu 62’), Servando, Añete y Alfonso.