miércoles, 17 de junio de 2009

Homenaje al sanrroquismo

El del sábado fue un día de fiesta, una jornada especial, de aquellas que quedan grabadas para siempre en el recuerdo de los aficionados. Sí, afortunadamente, después de muchos años de sufrimiento, nos tocaba a nosotros los sanrroquistas disfrutar de momentos dulces y felices. Desde el más joven hasta el más viejo, el de Lepe y el que viene de fuera a apoyar, todos los aficionados a estos dos colores que tiñen nuestros corazones pudimos vivir la fiesta de la felicidad, de la unidad en torno a un sentimiento, aunque todo esto no deje de ser más que un juego... pero vaya juego.

De esta forma, durante aquella jornada pudimos tomar entre el Cha, incansable colaborador de Lepe Urbana, y un servidor muchas imágenes que no podrán aparecer en la revista por cuestión de espacio, (y recordad que siempre reservamos las mejores, así que ya sabéis, en cuanto salga Lepe Urbana...) pero que no queremos que se pierdan ni esas fotos ni esos videos... Va por ustedes, por aquellos que de una forma u otra han colaborado para que el sueño, para que la llama aurinegra siga viva y continúe escribiendo día tras día una historia de glorias modestas, pero glorias al fin y al cabo.

Calentando los motores de la marcha...


Empezamos a calentar también las gargantas...


Nos vamos para el Municipal


Esta es la afición del San Roque campeón...


A la mitad del camino...


Animando al vestuario lepero...


Roque también arrima el hombro desde la taquilla


Un regalo de Emilín para Manolo Salazar...


La fiesta es para todos...


Cada uno suda la camiseta a su manera...


Ellos pusieron la tranquilidad...


Ni José Ángel de la Casa quiso perdérselo...

Foto José Antonio Suárez Cabanillas. Gracias, pirata.

Siempre arropado por los tuyos, San Roque...


Todos a una, a celebrar un nuevo pasito hacia la gloria...


Porque nunca caminarás solo

Gracias, Alberto...

Espero que lo hayan disfrutado tanto como yo. Ahora, queda nada más (y nada menos) que dar el último pasito, un último empujoncito para subirnos al cielo. Ahí os esperamos, sanrroquistas. Ahí estaremos.