lunes, 7 de diciembre de 2009

Águilas 2-1 San Roque

Incidencias: 500 espectadores en El Rubial.

Árbitro: Abad Esteban, del comité valenciano. Amonestó a los locales Sívori y Pallarés; y a los visitantes Vidal, Juanlu, Alfonso y Servando.
Goles: 0-1 Juan Villar, min. 33.
1-1 Pallarés, min. 49.
2-1 Zubillaga, min. 79.

El juego aéreo vuelve a condenar al San Roque
P. Gómez // Odiel Información

El San Roque sufre vértigo. Lo tiene cuando juega a domicilio y cuando está en la zona alta cerca de dar el salto definitivo en la categoría. Ayer, en Águilas mereció mucho más. Jugó bien, al menos en una primera parte en la que desarboló por completo a un conjunto murciano que no era capaz de adaptarse a las reducidísimas dimensiones de su campo. Pero el panorama cambió en la segunda parte, en la que el cuadro de Alejandro Ceballos sufrió el vértigo, se convirtió en esclavo de sus propios errores y sucumbió, otra vez, ante un rival inferior pero que sabe rematar de cabeza.



La primera parte fue eminentemente física, sobre todo por las dimensiones del campo que no invitaban a un juego de toque. El San Roque fue muy inteligente. Se amparó muy bien en la cobertura y salió con Chapi y Juan Villar a la contra y metió en muchos peligros a los murcianos. Echaba de menos el San Roque el fútbol mezclado de Villar y Chapi que forman una pareja espectacular, probablemente de las mejores de la categoría.

En el minuto 12 tuvo la primera ocasión. El de Paradas recogió un rechace en la frontal del área y lanzó un remate que el meta del Águilas envió a córner. Acto seguido, Villar comenzó a hacer diabluras y en el 25 se inventó un chilena que Soto la sacó desde la misma escuadra. El San Roque metía presión y Joaquín volvió a intentarlo en el 33 en un lanzamiento desde dentro del área que se marchó desviado nuevamente.


Tanto fue el cántaro a la fuente que en el 33 llegó la recompensa para el conjunto aurinegro. Un pase en profundidad de Nando a Villar sirve para que el delantero del San Roque reciba y bata por bajo al portero Soto. El tanto provocó la parálisis del cuadro murciano que seguía sin encontrar el camino para frenar al San Roque. El cuadro lepero se dedicó a hacer un juego muy inteligente. Vicente se metió en la ayuda de los centrales y completó un gran partido en la primera mitad que dejó sin recursos al cuadro local. El Águilas sólo tuvo una ocasión de Rafita, que a balón parado lo intentó y el esférico se marchó rozando la escuadra de la portería de Isaac. Fue el único que creó ocasiones pero el conjunto onubense supo como frenar cualquier acometida local.

Pero el panorama varió en la segunda mitad. El Águilas salió con otra cara y le dio un repaso al San Roque, no sólo en fútbol sino en calidad a la hora de definir. El cuadro aurinegro se obcecó en hacer lo que no sabe hacer y cometió una serie de errores que terminaron por maniatarlo ante un Águilas que nada hizo para merecer el triunfó amén de abusar del juego directo. En una de esas acciones sin aparente peligro, un certero centro de Rafita lo envía de cabeza al fondo de la red Pallarés. El tanto cayó como un jarro de agua fría en el seno del San Roque. El ritmo de Chapi y Juan Villar decreció considerablemente y apenas inquietó la portería rival en toda la segunda parte. Aún así, dispuso de una ocasión para ponerse por delante. La polémica llegó en el minuto 76, cuando el colegiado le anuló un gol por presunto fuera de juego a Joaquín. A partir de ahí, el centro del campo no terminó por salir y despejar el peligro que le creó el combinado murciano. A base de pelotazos del portero, el Águilas metió en apuros al cuadro lepero.

La defensa del conjunto adiestrado por Alejandro Ceballos comenzó a hacer aguas. No terminaba de desperezarse y sufría en exceso en jugadas sin aparente peligro. Los escasos 500 espectadores empezaron a meter presión al colegiado y ayudaron a su equipo a conseguir el tanto de la victoria. Fruto de esa presión y ese juego llegó el segundo tanto del cuadro local. Zubillaga, a la salida de un córner, y completamente solo, anotó el segundo tanto. La pasividad de la defensa y el portero del San Roque facilitaron el tanto que dejó helado a un conjunto onubense que sigue sufriendo problemas cuando se encuentra en las alturas.



En los últimos minutos, el San Roque lo intentó a base de pelotazos, colocándose a la altura de su rival, pero al no ser ése su juego, el cuadro aurinegro no pudo hacer nada más. Sufrió en exceso. Ceballos apostó por Raúl y Jonathan, dos leperos por primera vez juntos en la temporada, pero el equipo no terminó de jugar como quería el preparador sevillano. Pasaban los minutos y no había forma de encontrar el triunfo y tampoco supo empatar. El equipo sufre mucho en momentos puntuales y tiene que cambiar la dinámica lejos de su feudo si realmente quiere convertirse en una alternativa seria a los candidatos a dar el salto a Segunda División B. La lectura positiva radica en que pese a la derrota, el San Roque se mantiene en puestos de fase de ascenso. De momento es cuarto, a sólo tres puntos de otro de los recién ascendidos de la categoría, el Caravaca, que tras su victoria de ayer da un paso importante para consolidarse entre los mejores de la categoría. Hacerlo bien es importante para el San Roque que tiene una asignatura pendiente.

El San Roque formó con Isaac, Juanlu, Servando, Alfonso, Cisco, Juan Villar, Nando (Jonathan 81’), Vicente, Vidal (Raúl 76’), Chapi y Joaquín (Navarro 63’).